No caigas en la trampa de la discriminación
La discriminación puede parecer algo que solo ocurre en el mundo exterior, pero la verdad es que puede infiltrarse en nuestros corazones si no tenemos cuidado. Ya sea que se manifieste en cómo tratamos a personas de otra raza, menospreciamos a alguien por su fe o juzgamos el valor de alguien por sus ingresos o estatus, la discriminación es peligrosa. Hiere a otros, divide comunidades y, lo más importante, va en contra del corazón de Dios.
Una suave advertencia
Quizás te hayas sorprendido menospreciando a alguien porque no se parece a ti, no habla como tú o no vive como tú. Quizás has juzgado a alguien por su barrio, su trabajo o incluso por su ropa. Amigo, si es así, quiero decirte con cariño: no caigas en esa trampa.
La discriminación tiene sus raíces en el orgullo, y este nos impide ver a las personas como Dios las ve. Cada persona es creada a imagen de Dios ( Génesis 1:27 ). Cuando menospreciamos a alguien, en cierto modo, insultamos a quien lo creó.
Lo que Dios piensa al respecto
La Biblia es clarísima. Dios no hace favoritismo. Hechos 10:34-35 dice: «Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación acepta al que le teme y practica la justicia».
Pablo nos recuerda en Gálatas 3:28 que en Cristo “ya no hay judío ni griego; esclavo ni libre; varón ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús”.
Eso significa que en el corazón de un cristiano no hay lugar para el racismo, los prejuicios ni el favoritismo de ningún tipo. Si Jesús acogió a los pobres, a los marginados, a la samaritana, al recaudador de impuestos, ¿quiénes somos nosotros para rechazar a alguien?
Cómo cuidar tu corazón
A continuación se presentan algunas formas prácticas de evitar caer en la discriminación:
Examínate a diario. Pídele a Dios que te revele cualquier orgullo o prejuicio oculto. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siendo injustos hasta que el Espíritu Santo nos convence.
Elige el amor en lugar del juicio. Antes de formarte una opinión sobre alguien, recuerda: «Dios ama a esta persona».
Escucha y aprende. En lugar de asumir, tómate el tiempo para escuchar las historias de las personas. La comprensión fomenta la compasión.
Trata a todos con dignidad. Ya sea alguien rico o pobre, con educación o sin ella, igual o muy diferente, trátalo como tratarías a Jesús mismo (Mateo 25:40).
Alza la voz. Si ves que otros discriminan, no te quedes callado. Dios nos llama a defender a los oprimidos y a defender lo que es justo.
Una reflexión final
La discriminación no es solo un problema social, sino un problema del corazón. Y si la permitimos en nuestras vidas, nos impide reflejar plenamente a Cristo. Jesús dijo que el mundo conocería que somos sus discípulos por nuestro amor ( Juan 13:35 ), no por a quién excluimos.
Así que, amigo mío, cuida tu corazón. No dejes que el orgullo, los prejuicios ni el favoritismo te roben la bendición de Dios. Elige el amor, elige la unidad y elige ver a cada persona como un hermano o hermana creado por Dios.
Estudio Bíblico: Guarda tu Corazón Contra la Trampa de la Discriminación
Oración Inicial:
Señor, abre nuestro corazón y nuestra mente a tu Palabra hoy. Danos el valor para ver cualquier orgullo o prejuicio oculto dentro de nosotros. Llénanos de tu amor y enséñanos a ver a cada persona como tú la ves. En el nombre de Jesús, Amén.
Pregunta de apertura:
¿Cuándo te has sentido bienvenido(a), valorado(a) y verdaderamente visto(a) por quien eres? ¿Cómo se sintió eso?
Verso Clave:
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: ‘En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.'” – Hechos 10:34-35 (RVR1960)
Parte 1: Reconociendo la Trampa
La discriminación no siempre es un acto evidente y ruidoso. Puede ser una actitud sutil que se filtra en nuestros corazones. Es el juicio silencioso, la suposición no dicha, el prejuicio inconsciente.
Preguntas de Discusión:
Lee la introducción del texto. El autor dice que la discriminación puede “infiltrarse en nuestros corazones”. ¿Qué significa eso? ¿En qué se diferencia de la discriminación social a gran escala?
¿Puedes recordar una ocasión (en ti mismo o observada en otros) en la que alguien fue menospreciado sutilmente por su origen, trabajo, vecindario o forma de vestir? ¿Por qué hacemos esto?
Génesis 1:27 dice que todos somos creados a imagen de Dios. ¿Cómo debería esta verdad fundamental cambiar la forma en que vemos e interactuamos con cada persona que conocemos?
Parte 2: Lo que Dios Piensa: El Estándar Bíblico
La Biblia no es ambigua en este tema. El corazón de Dios está por la unidad y su familia es maravillosamente diversa.
Lectura Bíblica:
Hechos 10:34-35: Dios no hace acepción de personas.
Gálatas 3:28: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.”
Santiago 2:1, 8-9: “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin hacer acepción de personas… Si en verdad cumplís la ley real conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis. Pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado…”
Preguntas de Discusión:
4. ¿Qué significa para ti personalmente la frase “Dios no hace acepción de personas”?
5. Gálatas 3:28 enumera las principales divisiones sociales de su tiempo. ¿Cuáles son las divisiones equivalentes en nuestra cultura actual? ¿Cómo el evangelio de Jesús derriba esos muros?
6. Santiago conecta directamente la acepción de personas con el pecado. ¿Por qué mostrar favoritismo o discriminación es tan grave a los ojos de Dios? (Pista: va en contra del mismo centro del mandamiento de amar).
Parte 3: Pasos Prácticos para Guardar tu Corazón
Conocer la verdad es el primer paso. Aplicarla es el siguiente. Aquí hay formas prácticas de luchar activamente contra la discriminación en nuestros propios corazones.
Reflexión y Discusión:
Lee los cinco pasos prácticos del texto:
Examínate a diario.
Elije el amor en lugar del juicio.
Escucha y aprende.
Trata a todos con dignidad.
Alza la voz.
¿Cuál de estos cinco pasos es el más desafiante para ti? ¿Por qué?
El Paso 3 (Escucha y aprende) a menudo se descuida. ¿Por qué es tan importante escuchar las historias de personas diferentes a nosotros? ¿Cómo fomenta eso la compasión?
El Paso 5 (Alza la voz) puede ser intimidante. ¿Cuál es una manera gracious y amorosa de confrontar a un amigo o familiar que hace un comentario discriminatorio?
Lee Mateo 25:40. ¿Cómo transforma nuestra llamada a la acción el ver a Jesús en todos, especialmente en los marginados y olvidados?
Parte 4: Reflexión Final y Llamado a la Acción
“La discriminación no es solo un problema social, sino un problema del corazón.”
Reflexión Final:
El mundo sabrá que somos cristianos por nuestro amor (Juan 13:35), no por a quién excluimos. ¿Nuestro amor nos está marcando? ¿Es un amor unificador, acogedor y radical?
Permitir la discriminación, en cualquier forma, impide nuestra capacidad de reflejar plenamente a Cristo al mundo.
Desafío de Aplicación:
Esta semana, elige UNO de los cinco pasos prácticos en los cuales concentrarte.
Quizás sea orar la oración del Paso 1 cada mañana: “Dios, revela cualquier orgullo o prejuicio oculto en mí”.
Tal vez sea elegir conscientemente iniciar una conversación con alguien diferente a ti (Paso 3).
O podría ser hacer un compromiso para ver la imagen de Dios en cada cajero, colega y vecino que encuentres (Paso 4).
Comparte tu único paso con el grupo para tener responsabilidad.
Oración Final:
Padre, confesamos que nuestro corazón es propenso al orgullo y al juicio. Perdónanos por las veces que hemos fallado en ver tu imagen en los demás. Danos tus ojos para ver a las personas como tú las ves. Llénanos de tu amor compasivo y valiente. Ayúdanos a ser agentes de tu unidad en un mundo dividido. Te pedimos fortaleza para vivir los pasos que hemos discutido. En el nombre de Jesús, Amén.
