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Jesus Sana a un Leproso

La Compasión Divina: Jesús Sana a un Leproso

El relato de Jesús sanando a un leproso en Lucas 5:12-16 es un pasaje conmovedor y lleno de significado. En él, Lucas nos presenta a Jesús en una de las ciudades, donde se encuentra con un hombre que padece lepra, una enfermedad que en aquella época no solo afectaba físicamente, sino que también conllevaba una profunda exclusión social y religiosa.

El encuentro y la petición del leproso (v. 12):

El hombre, “lleno de lepra”, se postra con el rostro en tierra ante Jesús. Esta postura es un signo de humildad, desesperación y total rendición. Su ruego es directo y lleno de fe: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Es importante notar que no duda del poder de Jesús, sino de su voluntad. La lepra lo había convertido en un marginado, una persona considerada impura según la ley mosaica (Levítico 13-14), lo que lo obligaba a vivir apartado de la comunidad y a gritar “¡Impuro, impuro!” para advertir a los demás de su presencia. Su situación era desoladora y sin esperanza humana.

La respuesta compasiva de Jesús (v. 13):

La reacción de Jesús es asombrosa y revolucionaria. A diferencia de lo que dictaban las costumbres y la ley, Jesús extiende su mano y lo toca. Este acto es sumamente significativo. Tocar a un leproso significaba volverse impuro, pero Jesús, al tocarlo, no se contamina, sino que transmite su pureza y poder sanador.

Su respuesta es igualmente poderosa y llena de autoridad: “Quiero; sé limpio”. Y al instante, la lepra desapareció. Este milagro no solo demuestra el poder divino de Jesús para sanar cualquier enfermedad, sino también su profunda compasión y su deseo de incluir a los excluidos. Jesús derriba las barreras de la impureza y la marginación.

La instrucción de Jesús y la difusión de su fama (vv. 14-16):

Jesús le da al hombre sanado dos instrucciones:

  1. “No lo digas a nadie”: Esta es una indicación que Jesús da en varias ocasiones. Una de las razones puede ser evitar que la gente lo siguiera solo por los milagros, desviándose del verdadero propósito de su ministerio, que era predicar el Reino de Dios.

  2. “Ve, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos”: Esta instrucción es crucial. Al presentarse al sacerdote, el hombre sanado podía ser oficialmente declarado limpio, lo que le permitiría reintegrarse a la sociedad y a la adoración en el templo. Además, esta acción servía como un “testimonio” para los sacerdotes, confirmando el poder de Jesús y su respeto por la ley.

A pesar de la instrucción de Jesús de no decirlo a nadie, la fama de Jesús se extendía “más y más”. Las multitudes acudían a oírle y a ser sanadas de sus enfermedades. Sin embargo, en medio de esta creciente popularidad, Lucas resalta un aspecto fundamental de Jesús: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” (v. 16). Esto nos muestra la profunda dependencia de Jesús en su relación con el Padre, buscando la soledad para orar, un elemento constante en su vida y ministerio.

Jesus sana a un leproso
Jesús sana a un leproso

Significado y lecciones del pasaje:

  • La fe del leproso: Aunque la fe del leproso es expresada con una condición (“si quieres”), su humilde acercamiento y su convicción en el poder de Jesús son ejemplares.

  • La compasión y autoridad de Jesús: Jesús no solo sana físicamente, sino que también restaura la dignidad y la inclusión social del hombre. Su toque rompe con las convenciones sociales y religiosas, demostrando que su amor trasciende las barreras humanas.

  • El poder de la palabra de Jesús: La sanación ocurre instantáneamente con la palabra y la voluntad de Jesús.

  • La obediencia a la ley y el testimonio: Jesús no ignora la ley, sino que la cumple en espíritu, utilizando las ceremonias de purificación para el beneficio del hombre y como testimonio para las autoridades.

  • La importancia de la oración en la vida de Jesús: A pesar de la demanda constante de la multitud, Jesús prioriza su comunión con Dios a través de la oración, estableciendo un ejemplo para sus seguidores.

En resumen, la curación del leproso en Lucas 5:12-16 es un poderoso relato de la compasión, el poder sanador y la autoridad de Jesús, así como un testimonio de su misión de traer sanidad, restauración e inclusión a todos, especialmente a aquellos que eran considerados marginados por la sociedad.